Nota: "Catering en el cine"

MEDIO: Haciendo Cine
FECHA: Septiembre 2011
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¡Todos al set, a comer!

Desde los diseños de producción, y en cada caso en singular, cualquiera sea él, siempre emerge una constante a considerar: la del catering. Consultadas por HC, cuatro empresas caterineras nacionales, y de distintas envergaduras, responden acerca de las necesidades del mercado audiovisual y nos dan, con ello, un pantallazo acerca de una industria siempre persistente, la gastronómica. Por Hernán Panessi

En el microcosmos de los rodajes de cine y televisión existen muchísimas y variadas demandas. Equipos eléctricos para abastecer de energía y luces a las filmaciones, contrataciones de cámaras y equipamientos afines, carros de travelling y griperías, permisos o alquileres de locaciones, movilidad, materiales para el diseño de arte, etc. Pero ninguno, esto es completamente cierto, tan inestimable como el catering.
Según la Real Academia Española, cáterin, grafía castellanizada del inglés catering, es “el servicio profesional que se dedica preferentemente al suministro de comida preparada, pero también puede abastecer de todo lo necesario para organizar un banquete o una fiesta”. Entonces, cabe preguntarse quiénes son los responsables de ese servicio. ¿De dónde se sostiene el panza llena corazón contento del mundo audiovisual? Ellos son ni más ni menos que quienes proveen de alimentación a los equipos técnicos, actores, vestuaristas, maquillistas, productores y actores. Exacto, a todas las personas que participan en los rodajes. Ellos son, ahora sí, las caterineras.
Como todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, Diego Lombardi de las caterinera Sala C (http://www.cateringsalac.com.ar/), quien ha prestado labor para las flamantes Viudas (de Marcos Carnevale), Cruzadas (de Diego Rafecas) y la próxima a estrenarse Infancia Clandestina (de Benjamín Ávila, con Natalia Oreiro), es realista y advierte: “El trabajo de catering en cine y televisión no es para cualquiera. Es un trabajo de muchas horas, donde se trabaja desde lugares sencillos –como un set- hasta espacios en el medio de la nada sin luz, ni agua, ni nada. Hay que estar preparados para solucionar problemas constantemente”.
Es bien sabido por todos que con estar correctamente alimentados, en lo duro que resultan en general las jornadas de filmación, se resuelve el imponderable del “combustible necesario para el cumplimiento de todos los objetivos”. En consecuencia, el experimentado Diego Cuevas de Masala Catering (http://granmasala-masala.blogspot.com/), con más de 600 producciones audiovisuales a cuestas entre TV, cine, publicidades y fotos, comenta que “en este rubro es clave comprender los tiempos, variables y exigencias de la locación, el clima, el guión y demás contingencias”. Asimismo, Fernando Hilú de Movie Food (http://www.moviefood.com.ar/), abocado más al mundo de los comerciales pero con buena trayectoria en cines, ha trabajado en Un Oso Rojo (de Israel Adrián Caetano) y Los Guantes Mágicos (de Martín Rejtman) además de hacerlo fuertemente en televisión (Polka, Ideas del Sur, Cuatro Cabezas, etc), resalta que “siempre se trata de conocer a full los gustos de cada una de las personas que forman parte de los equipos, porque no sólo hace mucho más lindo y ameno nuestro trabajo sino que también hace que nos valoren muchísimo más”.
Consultada sobre cuál es la comida que más le piden en rodajes, Ana María Oroño de Atracción Fatay (http://es-es.facebook.com/pages/Atracción-Fatay/206610132699229), autoproclamada como “independiente y autogestiva: es como que le digas a tu abuela, pero más joven, que te venga a cocinar para el rodaje con tus amigos”, responde completamente segura: “¡El Fatay! Despierta pasiones, es nuestra especialidad, hecha con mucho amor”, rindiéndole honor a la empanda árabe que le da origen al emprendimiento. A su vez, Diego de Sala C tiene bien identificados los targets culinarios: “Tenés de todo. Los eléctricos prefieren comidas fuertes, guisos, carnes, pastel de papa. Las chicas de vestuario o maquillaje, prefieren ensaladas o pollo al horno...”. Siguiendo con esa línea está Fernando de Movie Food quien apunta a la comida por excelencia del argentino como referencia insoslayable: la carne. “Siempre está en primer lugar, es sabido que a los argentinos nos gusta la carne en todas sus formas y es de los platos que más pedidos tienen”, dice. Sin embargo, también identifica una nueva tendencia: “en estos últimos tiempos, lo que se viene notando muchísimo es el constante aumento de personas vegetarianas. Por ende, siempre tenemos que tener al menos tres opciones de menúes distintos, para cumplir con las necesidades de nuestros clientes”. Otros, como Diego de Amasala, hacen hincapié en atributos vinculados con esta labor: “la comida sana y la buena atención”.
En todos los casos, la palestra de precios es bien particular. Por ejemplo, Atracción Fatay, más abocada a producciones independientes como Lucho’s Big Adventure (de Esteban Rojas) y el proyecto documental sin fines de lucro La Educación Prohibida (de Germán Doin Campos), promete “precios que, según del menú que elijan de los 10 que ofrecemos, van desde los $20 por persona en adelante”. En Masala Catering, expresan: “basamos los valores reales en un servicio que priorice la buena nutrición de aquellos que están trabajando y los precios van desde los $70 para televisión, $80 en cine y $90 para publicidad. Luego hay opciones que varían según el costo que genera el proyecto en sí, la comodidad o la repetición de locaciones, las distancias, etc”. A ello, los de Sala C creen que “el tema precio es muy difícil porque está relacionado con la calidad de servicios que das. En catering tenés desde superproducciones hasta cortometrajes, de 100 a 20 personas, de pedir sushi hasta choripán... hay que ver cada proyecto y su necesidad”. También en Movie Food coinciden con esa perspectiva de trabajo: “en cuanto a los precios de mercado, hoy por hoy, varían entre los $70 y los $100 siempre dependiendo de los menús y los requisitos de los productores”. Quien remata la cuestión es, nuevamente, Diego, de Sala C, con la siguiente sentencia: “¡Lo complicado es que siempre quieren pagar menos y obtener el mejor servicio!”.
En cuanto a la demanda de catering para cine y televisión, la cuestión resulta un tanto aleatoria y cada vez más complicada. “Hay demanda pero es poca. Es de tener en cuenta que por bajar costos y por agotamiento han ido surgiendo muchas empresas o formatos nuevos de catering o viandas”, manifiestan desde Masala Catering. “Está más tranquilo que antes, pero la vamos llevando”, comentan en Sala C. “Entendemos que, en la actualidad, ha mermado la cantidad de requerimientos para producciones nacionales y han aumentado las internacionales”, sentencian los de Movie Food. Está claro, acá todos coinciden en que estamos ante una industria harto complicada pero que, si las condiciones están dadas, puede ser realmente fructífera. Es que... la vía es una sola, comer se come siempre, lo que cambian son las formas.

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