Perfil de Víctor Maytland

MEDIO: Pornoticiero (España)
FECHA: Abril 2012
Nota

El origen del mito

Si hablamos de porno en Argentina, probablemente, el primer nombre que surgirá será el del realizador Victor Maytland. Responsable del nacimiento del cine comercial en estas tierras, Maytland –por ver luz entre la bruma, por prolífico, historia y conciencia- es una de las figuras más preciadas del porno criollo. Para empezar con estas columnas sobre el porno argentino, nada mejor que partir con un auteur, el pionero en esto de contar el género tal y como lo conocemos por aquí. Por Hernán Panessi

“Mi nombre verdadero es Roberto Sena y Víctor Maytland es un personaje” , dijo el pionero del porno comercial en Argentina. Responsable de la primer trilogía porno criolla, aquella que comprende Las Tortugas Pinjas (1989), Los Pinjapiedras (1991) y Los Pornosinson (1992), Víctor Maytland es una de las figuras ineludibles del género, tanto en la República Argentina como –a estas alturas, tras tantos años de laboro- en todo el mundo. En televisión, trabajó en programas como Feliz Domingo y Calabromas, ambos emitidos por Canal 9. Su nombre artístico proviene del villano de Un detective suelto en Hollywood (Beverly Hills Cop, 1984) o bien de uno de los best-sellers del novelista estadounidense Lawrence Sanders, autor de la serie El Pecado Mortal. En sus comienzos, más de uno le sugirió que “no lo haga porque podría caer preso” ya que el porno era “ilegal”. Sin embargo, tiempo después, llegó a filmar unas 60 películas en un año y su filmografía alcanza, hoy, a más de 200 títulos; aunque con guión y vueltas de tuerca, unas 80. Un día, inspirado en cómo Francis Ford Coppola había hecho dos películas simultáneamente: La Ley de la Calle (Rumble Fish, 1983) y Los Marginados (The Outsiders, 1983), y a partir de una apuesta, filmó Carpas Calientes (2004) y Haciendo Dedo (2004), sin argumentos elaborados pero dos películas al fin. “Quedé de hospital” , dijo a propósito de tal experiencia. Entre sus planes iniciáticos estaba el de filmar El Chavo del Orto y Los Porno Adams y continuar, así, con aquello que lo hizo mundialmente conocido: el porn parody. Se le adjudica erróneamente la dirección de El Pitilín Colorado (1991) y la de alguna de las películas de Los Superagentes Tiburón, Delfín y Mojarrita. Sobre sus comienzos, Maytland apuntó: “Recuerdo que había gente que me decía que podía ir en cana, que estaba prohibido. Entonces lo primero que hice fue hablar con un comisario de moralidad, que también era abogado, que me explicó que no pasaba nada, que si no estaba prohibida la venta no tenía porqué estar prohibida la producción. Mientras no hiciera escándalos en la vía pública, no trabajara con menores, no hubiera drogas ni situaciones violentas, no pasaba nada. Por eso a mí la cana jamás me persiguió ni me pidió plata y de hecho fueron más veces las que me ayudaron. Esto no es prostitución. Uno acá está haciendo cine pero mostrando un poco más. Sí tuve que cambiarme el nombre para protegerme. Y después, con el tiempo, el personaje deboró al hombre”. Víctor Maytland, a la sazón, es uno de los realizadores argentinos que ponderan el guión y las historias: “En el porno existe el prejuicio de que el guión no tiene importancia. Pero no es así. Las películas que se pueden exportar, las que se venden al exterior, son las que tienen guión. Si no tienen guión, se las considera una película amateur y se las paga muy poco o no se venden. En cambio, si muestran una épica, tal como hace el porno italiano, eso tiene un valor. Yo voy tras algo así. Y la épica de nuestro país es el tango y el peronismo, por eso creo que Tango... despierta tanto interés en nuestros posibles compradores, hasta en lugares insólitos, como Polonia o Japón. Creo que esta película va a iniciar algo, tal vez algo parecido a una industrial del porno local”. “Trato de poner lo que supongo que el público quiere ver” y “hago películas para el flaco que se junta con amigos a tomar cerveza, que se quieren cagar de la risa y de paso ver algo de sexo. Ven una mía y después una yankie con minas espectaculares. La mía es para romper el hilo” , así autodefine su trabajo Maytland en pos de bajar cualquier tipo de nivel de pretenciosidad en cuanto a su obra. “Decían que yo soy el Sofovich o el Tinelli del porno, y eso no me hace mella” , dijo refiriéndose a una constante en su carrera: el picaresco y su orgullo por practicarlo libremente. Sobre su estilo como virtud, Maytland señaló que: “Si hay en una habitación dos matrimonios juntos, van a ver una de las mías, no una tan directa. Yo hago películas para esa gente, para ese momento. Incluso para el flaco que se junta con sus amigos a tomar cerveza, que se quieren cagar de risa y de paso ver algo de sexo. Ven una mía y después una yanki con minas espectaculares. La mía es para romper el hielo” . Sin embargo, sentencia que “tampoco a todo el mundo le resultan geniales mis películas” . Apareció haciendo de un director de cine porno llamado “Charly” en el filme El Boquete (2006), dirigido por Mariano Mucci, y protagonizado por Valentina Bassi –con quien comparte escena-, Luis Ziembrowski, Mirta Wons, Sandra Smith, entre otros. Y en su momento, también, fue tentado para ser el gerente de programación del extinto Canal Afrodita, sin llegar a buen puerto. Su primer reportaje como autor se lo otorgó al diario Crónica y el segundo, por caso, se lo dio a la revista Punto, que venía con el diario Ámbito Financiero, pero sólo para el interior, al coleccionista y co-conductor del mítico programa Filmoteca (junto con el también coleccionista Fernando Martín Peña), Fabio Manes. Allí, Maytland fue entrevistado con su verdadero nombre, Roberto Sena, como dueño del sello distribuidor Arrakis y como su alter ego, Víctor Maytland, como director de películas pornográficas. Actualmente, Víctor Maytland se encuentra filmando 30 Días de Sodoma, en lo que promete ser la película más epopéyica de toda su filmografía.

CONTINUARÁ...

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