Nota Esperando la Carroza (entrevista a Diana Frey)

MEDIO: Revista Haciendo Cine
FECHA: Noviembre 2012
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Nota Esperando la Carroza (entrevista a Diana Frey) (02)

De pucheros y ravioles

Sin anestesia: llega a los cines el primer reestreno de una película nacional y, para ello, qué mejor que Esperando la Carroza. Por tal motivo, dialogamos con su productora Diana Frey sobre el público, su imaginario, la vuelta, el legado y las secuelas. | Por Hernán Panessi

Cuando se habla de cine, escasas son las verdades categóricas. Pocas son esas sentencias que, de tan contundentes, no necesitan comprobación porque, en sí mismas, tienen el suficiente peso de su validez. Por eso, ni bien asomó la cabeza en el año 1985, Esperando la Carroza se convirtió, de forma tan plena y abrumadora como inconsciente e instintiva, en la síntesis de la argentinidad, en el fiel reflejo de la familia tipo argentina. Con el tiempo, las pasadas infinitas en televisión abierta (suscitando, en cada una, elevados índices de audiencia como si se tratara de un estreno), la identificación por el costumbrismo, sus ediciones en DVD, el sólido elenco de actores, la recomendación casi hereditaria a las nuevas generaciones y demás, hicieron de la película del maestro Alejandro Doria un film definitivamente de culto.
Inspirada en una obra teatral homónima del uruguayo Jacobo Langsner, y cuya versión cinematográfica local está protagonizada por Antonio Gasalla, China Zorrilla, Luis Brandoni, Betiana Blum, Julio de Grazia y muchos más, Esperando la Carroza encuentra ahora, 27 años después de aquel estreno, su remasterización y vuelta a los cines en formato digital. La noticia, asimismo, es que sienta un precedente: será la primer película argentina en ser remasterizada y reestrenada.
“Es un caso único, en este panorama de la cinematografía nacional, donde una parte del público la aclama. Es muy querida. Se estableció con ella una relación casi familiar. Hay películas mucho más importantes que ésta en la historia del cine mundial, uno las guarda en el corazón, pero lo que ocurrió con el público es como una oración”, apunta Diana Frey, productora y una de las responsables en llevar adelante el proceso de su vuelta a las grandes pantallas. En épocas donde el reestreno de clásicos dejó de ser una novedad y se volvió, más bien, una parte posible en el escenario de la industria –ya regresaron desde Volver al Futuro hasta El Rey León, pasando por Top Gun, El Padrino, Scarface y algunas otras-, el mayor de los motivos de sus regresos está, fundamentalmente, en el advenimiento de las técnicas de remasterización y las proyecciones en DCP (en criollo: cine digital que soporta varias resoluciones, múltiples audios, formatos de imagen y diferentes capas de subtítulos). “Creo que la gente la va a poder ver mejor en DCP. Porque haciendo un negativo y luego un positivo, hay una perdida de una generación. El gran desarrollo tecnológico permitió que la película pueda ser restaurada”, agrega, a la sazón, Frey.
Esperando la Carroza llegará a los cines argentinos en un estreno bien federal: contando con unas 40 o 50 copias de exhibición. Para que esto sea posible, para que la película de Doria se vea mejor que nunca, un gran conjunto de personas puso su labor en el proyecto de restauración. “Primero, se hizo una pasada automática donde se borró lo más evidente. Después, se escaneó fotograma por fotograma y se retocó uno por uno. Luego se hizo un conformado, donde se editaron de nuevo todas las partes que trabajaron por separado. Desde mayo de este año que Cinecolor está en ello”, comenta la productora a propósito de la mejora en su calidad visual. “Si todo funciona bien, vamos a ver Esperando la Carroza mejor que la original”, añade.

El público posible No importa cuál sea su forma, pero cada vez que Esperando la Carroza dice presente, hay un emergente natural que completa su existencia: el público. Pocas son las películas que generan tantas emociones conjuntas en esa baulera amorfa llamada nostalgia. Y el largometraje de Doria, cuya historia es llevada adelante en forma notable por Antonio Gasalla en el rol de Mamá Cora, que tiene tanto de comedia como de drama (aunque, se sabe: la comedia es el drama más el tiempo), toca algunas fibras sensibles de un público que, en general, ya la vio pero que no titubea un segundo en repetir experiencia. “Es un misterio lo que pasará”, expone Diana Frey sobre su vuelta. “Va a ocurrir lo que tenga que ocurrir. Mi especulación es la siguiente: mucha gente no la vio en la sala. Y el fenómeno de verla allí es completamente distinto porque se genera una energía... es una fiesta popular. También, aunque parezca raro, hay gente que no la vio. El reestreno está dirigido a todos los que la vieron pero no en salas, a todos los que no la vieron y a todos los que quieran volver a verla”, completa la también productora de Cien veces no debo, otro de los hits criollos cargados en argentinidad, en un recorte que define un posible estado de situación ante el reestreno de este clásico del cine nac & pop.

La secuela que no fue Tal vez en el súmmum de aquel motor endeble que son las secuelas innecesarias, en el año 2009 se estrenó comercialmente una película llamada Esperando la Carroza 2 (sobre ella, Frey señala: “no quiero opinar de esa película porque no es nuestra”). Una continuación innecesaria que terminó más por fastidiar al público que por darle una nueva cuota de diversión. Sin embargo, esta película, que es más un indeseado spin-off que cualquier otra cosa, y que no guarda tanta relación con la original más que la aparición de algunos personajes y leves referencias narrativas, no fue la única intención de legar esa germinal historia de 1985. “Cuando terminamos Esperando la Carroza, se hizo una adaptación de Barbacoa (N. de redacción: obra de teatro de Jacobo Langsner, suerte de legado de la original). El problema era que no estaba viva Mamá Cora. En la obra de teatro original de Esperando la Carroza, Mamá Cora aparece sólo al principio y al final. Al haber hecho la adaptación cinematográfica, se generó una complicidad con el público. Siempre se sabe que está viva. En la versión para cine de Barbacoa, Mamá Cora por supuesto que no estaba pero Gasalla interpretaría a todos los invitados de una fiesta que tenía la familia. Fue Alejandro (Doria) quien dijo, hoy con la prueba de que estaba acertado, que no podíamos competir contra nosotros mismos, que dejáramos la primera para el recuerdo. Todo esto a sólo cinco meses de haberla estrenado”, rememora Frey sobre una secuela que no fue.

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